“Trabajo hace más de tres años en ATISA, y llevo casi 20 en la industria del langostino. Mi trabajo se desarrolla, básicamente, en las plantas de procesamiento de los langostinos, después de su cosecha. Mi tarea consiste en hacer que nuestra producción siempre sea de la máxima calidad. Uno de los aspectos que más valoro de esta industria y de ATISA en particular, además de la calidad de sus productos, el cuidado del medioambiente y el buen trato que le dan a sus trabajadores, es que promueve el desarrollo regional, pues, gracias a empresas como la nuestra se le da trabajo a mucha gente, a madres solteras, a jóvenes que, sin esta oportunidad, podrían llevar su vida por malos caminos.

“Trabajo para Atisa desde que esta empezó a producir, en 1999. Me dedico a descabezar los langostinos recién cosechados, pero también superviso el trabajo de mis compañeros y, durante las campañas, me dedico a reclutar a los trabajadores eventuales. Así, he involucrado a mi familia en esta tarea: mi esposo, mis hijos e hijas y hasta mis yernos y nueras trabajan en la industria langostinera, y con ATISA estamos muy contentos pues nos pagan lo justo y son puntuales. Además, sus gestores son buenas personas pues apoyan con recursos y productos las actividades que realizamos en nuestros barrio en fechas especiales como la Navidad”.

“Llevo siete años en la industria langostinera. Mi especialidad es la microbiología y aquí, en ATISA, he encontrado un buen ambiente laboral y mucha libertad para crecer personal y profesionalmente. Somos un equipo siempre creativo que no se da tregua, pues no solo pensamos en producir sino en una buena gestión ambiental, en una que conserve el planeta y que lleve este mensaje hacia los consumidores. Este es mi legado para mis dos hijos, que sepan que hice un buen trabajo y que les dejé un mejor lugar dónde vivir. Y este escenario me lo ofrece ATISA”.