Utilizamos larvas de alto rendimiento y comprobada calidad genética. El agua viene del mar y antes de utilizarla, goza por un proceso de mejora, lo que asegura la inocuidad de nuestros productos.

La calidad del alimento de los langostinos ha sido certificada en origen, uno de los requisitos de la certificación Global GAP.

Durante la cosecha, la cadena de frío es rigurosamente controlada, tanto en la zona de producción, como la de empaque. Esto nos permite llevar siempre langostinos frescos, siempre “cool”, a sus mesas.

El proceso de lavado, clasificación, envasado y congelado se realiza en origen, en nuestra planta de proceso, siempre bajo la atenta supervisión de los competentes profesionales de ATISA.